Su tiempo es perfecto

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¿Cuántas veces hemos perdido oportunidades o hemos cometido errores por no haber sabido esperar el momento exacto para actuar o tomar decisiones? Como seres humanos muchas veces somos impacientes y nos angustiamos, nos decepcionamos, nos enojamos y hasta nos deprimimos porque las circunstancias se presentan adversas a nuestros planes o aspiraciones y estos se retrasan o fracasan completamente.

Lo mismo sucede en algunas situaciones de nuestra vida que nos encontramos desesperados o preocupados y clamamos a Dios por ayuda y esperamos que Su respuesta sea inmediata y no comprendemos que el Señor tiene el tiempo perfecto para enviarnos la respuesta y que Sus propósitos serán cumplidos en nuestra vida, Él nunca llega tarde. Dios tiene maravillosas promesas y bendiciones para nosotros Sus hijos y el Espíritu Santo nos guía y nos ayuda a través de la Palabra y la oración para que aprendamos a conocer Su voluntad en nuestras vidas, a pedir de acuerdo a ella y a saber esperar el tiempo perfecto del Señor para su cumplimiento.

Y es durante esta espera que nuestro carácter va siendo transformado, nuestra voluntad fortalecida y nuestro amor incrementado. Romanos 5:3-5 “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” Esperar en Dios no significa tener una actitud pasiva o conformista sino todo lo contrario. Esta espera debe estar siempre impregnada de positivismo, fe, comunión con Dios, leyendo y creyendo la Palabra y confesando la voluntad de nuestro Padre para nuestras vidas. Hebreos 6:12-15 “A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.” En el salmo 31:24 dice que nos esforcemos todos nosotros los que esperamos en Jehová, al mismo tiempo, no debemos ceder a la impaciencia o al desánimo cuando somos atribulados, sino debemos creer en la misericordia del Señor para con quienes le temen y confían en Él. ¿Cómo esperamos en Dios? Pacientemente, con fe, reposando en Él, con alegría, en alabanza y adoración, en oración, meditando en Su Palabra y haciendo Su voluntad.

Hebreos 10:36 “porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa” Salmo 40:1-5 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, Salmo 42:5 “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”. Salmo 62:5 “Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de Él es mi esperanza.” Proverbios 10:28 “La esperanza de los justos es alegría; Mas la esperanza de los impíos perecerá.” Pidamos entonces al Señor que nos enseñe a esperar confiadamente en Él, que podamos ser pacientes y sabios para esperar y conocer el tiempo perfecto del cumplimiento de Sus promesas, y que nuestra fe aumente y podamos agradarlo con nuestro caminar…

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